Cantar sana el Alma
En especial para mis amigas del coro.
Son momentos difíciles de vivir. A mi alrededor tengo personas que dicen que se les han quitado las ganas de cantar.
Quizás tengamos la idea de que cantar es símbolo de alegría. O simplemente hemos cantado en momentos "buenos". Además hoy, el entorno canta desde la energía festiva, desde el nerviosismo del encierro. Hay otras maneras.
Para mí cantar es expresar emociones y una de ellas es la tristeza. Tengo la suerte de pertenecer a una familia que canta. Canta en las alegrías y canta en las penas. Desde que tengo uso de razón la música coral corre por mis venas. Hemos cantado en todos los funerales de familiares, de tías, abuelas, amigas... A veces con un nudo en la garganta, otras con voz temblorosa ... Pero, cantar siempre ha sido bueno. A veces me preguntan ¿cómo puedes cantar? Cantar me ayuda a pasar el trago, aunque después caiga en el llanto. Me ayuda a soltar.
Cantar ayuda a respirar, cantar te pone en la tensión adecuada para expresar, te ayuda a sacar el grito profundo que no se atreve a salir, la voz del dolor y a clamar al cielo, al universo, a la vida. La tristeza hay que dejar que nos atraviese y expresarla. Es bueno que salga.
En la música clásica hay grandes piezas que cantan desde lo más profundo, que llegan a lo hondo, que te hacen conectar. Busca una canción que te guste, que te llene. En tu intimidad escúchala, siéntela y cántala. Cántala para ti, para el mundo. Saca tu voz, poco a poco pero, saca tu voz.
Stabat mater dolorosa, Ave verun, Pater Noster, Ave María, Agnus Dei, Requiem...
Que la música nos arrope.