Trabajo personal para adquirir la resiliencia

02.11.2021

Nada se consigue sin esfuerzo y sin trabajo. Incluso las cosas que se nos regalan o que ya hemos conseguido precisan de trabajo para mantenerlas y mejorarlas. Cuando una gimnasta, una deportista, una bailarina tiene un accidente y tiene que rehacerse tiene en sus espaldas rutina de gimnasio, de barra, de ejercicios de fondo … repeticiones sin descanso. Es esa costumbre de entrenamiento lo que le saca adelante. 

Hoy hablamos de resiliencia como si fuera algo que se tiene o no se tiene. 

En otros escritos he hablado de escucha, de silencio, de atención.  Hoy además apunto al trabajo previo que se hace antes de necesitar ese don tan preciado que es "volver a adaptarnos al agente perturbador". La resiliencia lleva detrás mucha rutina, muchas aceptaciones pequeñas en cada día. Muchas pequeñas obligaciones que en el día a día hacen que nuestras vidas funcionen.

Quizás no demos importancia a la rutina que cada día hace que llevemos a cabo tantas pequeñas tareas (levantarnos, lavarnos, comidas, compras, ropas...) Si no tuviéramos esa inconsciente "fuerza de voluntad" que nos guía, nos costaría muchísimo más levantarnos, respirar y reanudar las "cosas que tenemos que hacer" cuando la frustración llega a nuestra vida con mayúsculas. 

Tal vez no tengamos que ser esclavos/as de esas rutinas pero, celebremos esa capacidad, esas pequeñas actividades que nos forman el carácter y nos dan la fuerza para retomar La Vida cuando más hundidos estamos. 

"...mas entendiendo que la fuerza de la obediencia suele allanar cosas que parecen imposible..."

Las moradas. Santa Teresa de Jesús

Así que cuando no tengas ganas de seguir, sigue y haz lo que sabes que tienes que hacer aunque no tengas ganas. Encontrarás el camino, la palabra, la acción adecuada.

La resiliencia se entrena en el día a día.

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